Reperfilamiento a la uruguaya
El candidato a Presidente por el Frente de Todos Alberto Fernández habló
en un almuerzo en Córdoba. En su declaración más destacada, propuso
atacar el problema de deuda con un reperfilamiento como el que aplicó
Uruguay en 2003, de manera de permitir que la economía comience a crecer
nuevamente y esto genere capacidad de repago.
Aprendiendo
de nuestros vecinos
Haciendo un poco
de historia, Uruguay lanzó a comienzos de 2003 un canje de deuda
orientado a extender los vencimientos y mejorar la liquidez de los
instrumentos existentes.
La oferta apuntaba a canjear aproximadamente la mitad de la deuda
soberana dando 2 opciones a la mayoría de los inversores:
- Extensión de plazos: el bono original se intercambiaba
por otro con similar cupón pero mayor vencimiento, generalmente 5
años más. En algunos casos, a esta opción se le agregó un bono a 30
años que capitalizaba parte de los intereses correspondientes a sus
primeros 4 años.
- Nuevos bonos: se crearon 7 bonos con vencimientos entre
7 y 30 años, algunos con cupones step-up. En general, estaban
diseñados para ser atractivos para inversores institucionales y
fondos que seguían determinados índices de bonos, ya que por el
tamaño de las nuevas emisiones esperaban que pudieran ser elegibles.
Algunos inversores recibieron pequeños pagos en efectivo
como compensación por los intereses devengados de los bonos viejos,
aunque en ningún momento se llegaron a acumular atrasos de capital o
intereses sino que se trató de una reestructuración preventiva (antes de
llegar a un default).
Más allá de las características de la oferta, es importante tener en
cuenta que las autoridades uruguayas fueron a pedir un alargamiento de
plazos de 5 años pero como contrapartida ofrecieron señales de
austeridad fiscal que mostraron a los inversores que se estaban generando
las condiciones para repagar la deuda en el futuro. Hoy, los bonos de
Uruguay con vencimiento en 2055 tienen un rendimiento apenas superior al
4%.
¿Qué dice la
experiencia?
Según encontraron Reinhart, Rogoff y Savastano (2003), en
países de ingreso medio como Argentina el crecimiento no suele alcanzar
para poder reducir sustancialmente la carga de la deuda, lo que sugiere
que se requiere un conjunto de medidas macroeconómicas adicionales para
que un simple alargamiento de plazos alcance para resolver el
problema. Para un análisis sobre la deuda de Argentina, recomendamos leer
nuestro último Informe Especial: Una Verdad Incómoda.
La actividad jamás
llegó a recuperarse
Dejando de lado las cuestiones relativas a la deuda, los datos mensuales
revelados por el EMAE mostraron una economía estancada a lo largo del
2T19 y un rebote un poco más importante en julio (1,2% m/m s.e.), aunque
la actividad jamás llegó a recuperarse antes de las primarias. A su vez,
las cifras anuales volvieron a mostrar una variación positiva (0,6% a/a)
que se explica por la reversión de los efectos estadísticos de la sequía.
Compresión del déficit de cuenta corriente
Los datos relativos a la balanza de pagos en el 2T19 mostraron una
nueva caída del déficit de cuenta corriente, que se ubicó en USD2,5bn
comparando muy favorablemente con los USD8,5bn alcanzados en igual
período de 2018. Con este registro, el déficit de cuenta corriente
acumula USD15,9bn en los últimos 12 meses, considerablemente por debajo
de los USD34,7bn acumulados al 3T18.
Nuevas salidas
de depósitos
Los últimos datos relativos a los depósitos privados en
dólares mostraron salidas de USD88mn el martes, apuntando que los retiros
de esta semana son considerablemente menores a los de la semana pasada
(USD165mn promedio).
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