¿Más presión para la Fed? Luego de dos meses consecutivos de desaceleración, la inflación en Estados Unidos volvió a acelerarse en enero. La inflación general se ubicó en 0,6% m/m (7,5% a/a) mientras que la inflación núcleo fue de 0,6% m/m (6,0% a/a), ambas superando la expectativa del mercado. Mirando los componentes en detalle, el registro general se vio impactado principalmente por los incrementos en la electricidad (parcialmente compensados por caídas en gasolina y gas en lo que hace a precios de la energía) y por una marcada aceleración de 0,4pp en la inflación mensual de alimentos. Por su parte, y poniendo el foco a nivel núcleo, pese a la desaceleración de 0,2pp mensual los bienes siguen avanzando a un ritmo importante (13,1% anualizado en el trimestre móvil). Asimismo, los servicios se vieron afectados por la aceleración en el transporte y en servicios médicos. Los servicios núcleo también avanzan a un ritmo elevado, aunque menor que el de los bienes (4,5% anualizado en el trimestre móvil). Así, la inflación en Estados Unidos alcanzó máximos interanuales desde 1982.
El dato de una inflación más elevada que la esperada junto a una inflación subyacente que se mantiene en niveles altos tuvo su impacto en el mercado. En concreto, la tasa del Treasury a 10 años superó 2% en la jornada de ayer, con los inversores ya descontando que podría ocurrir en marzo un hike de 0,50pbs, mayor a los 0,25pbs que se esperaban hace algunas semanas. En este sentido, el presidente de la Fed de St. Louis James Bullard manifestó que el vería apropiado una suba de 100pbs al 1 de julio, lo que implicaría (1) que en alguna de las 3 reuniones del FOMC hasta entonces tenga lugar al menos una suba de 0,50pbs en las tasas de referencia o (2) que pueda ocurrir una suba en algún período entre reuniones (algo que Bullard tampoco descartó). |